
Los inversores a corto plazo son una de las formas más violentas de especulación financiera. Se trata de capitales que se ponen en empresas que salen a ofertas públicas de adquisición. Estos inversores permanecen en los CEO hasta que la compra de la empresa se realiza y pueden vender a un precio más alto. Especulación pura y dura.
Los inversores a corto plazo han estado bajo la lupa cada vez que se menciona la necesidad de regular los mercados, y parece que el primer país en limitar su radio de acción será el Reino Unido.
Con motivo de las irregularidades de la venta de Cadbury a la estadounidense Kraft por 11.600 millones libras, se ha creado una Comisión para reducir el margen de influencia sobre las decisiones empresariales de los inversores a corto plazo. Entre las medidas planteadas, figura limitar sus los derechos de voto.
El tiempo nos dirá si el ejemplo cunde y vemos una mejor y más justa regulación de las adquisiciones empresariales, o sólo estamos ante otra medida pasajera.
Fuente | EP
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