Tal vez este punto sea dónde más errores se cometen a la hora de hacer una compra de este tipo, y fundamentalmente si estamos hablando de un piso o casa usada. Siempre hacemos nuestro máximo esfuerzo para comprar lo mejor posible, pero muchas veces desestimamos algunos gastos que siempre se dan.
La mayoría de las personas, si disponen, por ejemplo, de 80 mil euros para comprar un piso, buscan por ese valor. El punto es que el costo final del negocio involucra muchos gastos ineludibles, que con el entusiasmo no vemos, pero luego lamentamos. Una regla muy simple: el piso o casa, nos costará, como mínimo, un 10 % más del valor de la compra.
Solamente de impuestos, hay un 7 %, si somos muy optimistas, por encima de ese valor. También están los gastos de escritura: honorarios del notario, certificados, etc. Si corresponde, comisión al intermediario que intervino.
Ahí ya estamos muy cercanos al 10 % que debemos calcular. Pero tenemos un rubro que es difícil de calcular, y suele llevarse un monto interesante. El piso o casa usado, se presenta para la venta en las mejores condiciones posibles de apariencia. Pero no es nada raro que esa apariencia engañe. Al mudarnos, o al muy poco tiempo, veremos algunas cosas que no funcionan o se rompen por haber sido reparadas sin mucho cuidado. La fontanería es una caja de sorpresas desagradables y frecuentemente caras. La pintura, por más que parezca impecable y los colores nos resulten agradables, siempre hay que retocarla para quitar marcas de cuadros o muebles. También nos puede suceder que nuestros muebles no se adapten al lugar, por espacio o falta de él, y aquí se originen nuevos gastos, aunque sean menores.
Por último, la mudanza también lleva los suyos, ya que no es raro el extravío o ruptura de algunos objetos, sumados al costo normal.
Por lo tanto, entre costos previstos y gastos imponderables, entre un 10% y un 12 %, es el valor que debemos tener en cuenta, por encima del precio, para no pasar por situaciones de difícil resolución.
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